Justicia
Bíblica Sin Prisiones: lo que la Ley de Dios Realmente Decía sobre el Crimen y
el Castigo
Cuando Dios entregó su ley al antiguo Israel en el monte
Sinaí, estableció un sistema de justicia completamente diferente al de las naciones
modernas.
En lugar de castigos carcelarios, la Torá puso el énfasis en la restitución, la restauración y la
misericordia.
El sistema que Dios diseñó no se basaba en encerrar al
culpable, sino en reparar el daño y proteger a los inocentes. Veamos cómo
funcionaba.
Robo: Restituir, No Encarcelar
Hoy en día, el robo suele llevar a prisión. Pero según la ley de Dios:
Los ladrones no
eran encarcelados. Se les exigía devolver lo robado y compensar el daño.
“Si alguno
hurtare buey o oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco
bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas.”
— Éxodo 22:1
Si el objeto robado era recuperado con vida, el ladrón debía pagar el doble (Éxodo 22:4).
Si no podía pagar, era vendido como siervo para cubrir su deuda (Éxodo 22:3),
pero no como castigo
perpetuo, sino como medio de reparación.
Este sistema era restaurativo: buscaba reparar el daño a la
víctima, no castigar al ladrón mediante el aislamiento.
Homicidio y Muerte Accidental: Ciudades de Refugio
En los casos de homicidio o muerte accidental, Dios estableció un sistema
único: las
Ciudades de Refugio.
“Apartarás tres
ciudades... para que huya allí el homicida que matare a su prójimo sin
intención.”
— Deuteronomio 19:2–3
Así funcionaba:
·
Si alguien mataba a otro sin intención, podía huir a una ciudad de
refugio.
·
Si tras la investigación se determinaba que fue un asesinato intencional,
se lo entregaba para su ejecución (Números 35:16–21).
·
Si fue un accidente, podía vivir libremente en la ciudad
hasta la muerte
del sumo sacerdote (Números 35:25–28).
Estas no eran cárceles, sino ciudades completas,
donde el acusado podía vivir y trabajar, posiblemente con su familia.
La Ley de Dios No Mandó Construir Prisiones
Curiosamente, la
Torá nunca ordena la construcción de cárceles.
La única vez que alguien es puesto bajo custodia es en Levítico 24:12,
mientras se esperaba el juicio de Dios.
Este encarcelamiento fue temporal,
no un castigo.
Las prisiones aparecen solo en contextos extranjeros:
·
José fue encarcelado en Egipto (Génesis 39:20).
·
Jeremías fue puesto en prisión por el rey (Jeremías
37–38), un caso político, no legal según la Torá.
El sistema de Dios se basaba en justicia y restauración comunitaria,
no en aislamiento.
Un Sistema de Justicia Restaurativa, No Vengativa
Lejos de ser cruel, la ley bíblica contenía salvaguardias importantes:
·
Se requerían dos o más testigos en los juicios capitales
(Deuteronomio 17:6).
·
Los testigos
falsos recibían la pena que intentaban imponer (Deuteronomio
19:16–21).
·
Los ladrones
restituían lo robado.
·
Los homicidas
involuntarios encontraban refugio, no venganza.
Era un sistema orientado
a sanar, no a destruir.
吝
¿Qué Podemos Aprender Hoy?
En un mundo con cárceles saturadas, sentencias largas y
violencia creciente, el sistema de Dios sigue ofreciendo sabiduría atemporal.
Tal vez sea hora de repensar la justicia — no como
castigo, sino como redención
y restauración.
Pasajes Clave para Estudiar:
·
Éxodo 22:1–4 –
Leyes sobre el robo y la restitución
·
Números 35:9–34 –
Ciudades de refugio y juicio
·
Deuteronomio 19:1–13 –
Protección del inocente
·
Levítico 24:12 –
Custodia temporal
·
Deuteronomio 17:6; 19:15–21 –
Testigos y justicia
·
Génesis 39–40 –
José en prisión en Egipto
·
Jeremías
37–38 –
Encarcelamiento político
Reflexión Final
La ley de Dios fue revolucionaria, no por su dureza, sino
por su justicia,
compasión y sabiduría práctica.
Ese es el tipo de justicia que el mundo sigue necesitando hoy.
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