Wednesday, July 2, 2025

¿DONDE ESTÁN LAS TABLAS DE LA LEY Y EL ARCA DE LA ALIANZA?

 

¿DÓNDE ESTÁN LAS TABLAS DE LA LEY? Del Sinaí al Cielo: El Arca del Testimonio y su Destino Final

Las Tablas de la Ley, escritas por el dedo de Dios y entregadas a Moisés en el monte Sinaí, son uno de los objetos más sagrados y enigmáticos de la historia bíblica. Estas tablas, también llamadas “tablas del testimonio”, contenían los Diez Mandamientos, el corazón del pacto entre Dios e Israel. Pero ¿qué fue de ellas? ¿Siguen existiendo? ¿Están en la tierra, escondidas, o han sido trasladadas al cielo? A continuación, exploramos estas preguntas desde las Escrituras, la tradición y el simbolismo espiritual.


1. Las Tablas y el Arca: Testimonio del Pacto

Dios entregó a Moisés dos tablas de piedra, escritas por ambos lados, con los Diez Mandamientos (Exodo 31:18; 32:15). Estas fueron colocadas dentro del Arca del Testimonio, construida según el modelo mostrado por Dios (Exodo 25:16, 40:20). El Arca, cubierta por el propiciatorio y custodiada por dos querubines, representaba el trono de Dios entre su pueblo.

Las tablas eran el “testimonio” del pacto, una expresión legal y espiritual de la relación entre el Creador y su nación elegida. Según la costumbre de tratados antiguos, es probable que ambas tablas contuvieran copias idénticas del pacto, como si una fuese para Dios y la otra para Israel.


2. Desaparición de las Tablas: Silencio y Misterio

La Biblia nunca relata directamente el destino de las tablas tras la destrucción del primer templo por los babilonios (586 a.C.). A diferencia de otros utensilios sagrados, el Arca y su contenido no figuran entre los objetos saqueados. Esto ha alimentado varias teorías:

a) Escondidas en el Templo

La tradición judía sostiene que el rey Josías o sacerdotes fieles ocultaron el Arca en una cámara secreta debajo del Monte del Templo antes de la invasión babilónica. Esta opinión está reflejada en el Talmud (Yoma 53b) y otros textos rabínicos.

b) Ocultadas por Jeremías

El libro de 2 Macabeos (2:4-7) narra que Jeremías, por inspiración divina, escondió el Arca en una cueva del monte Nebo, y que su ubicación quedará desconocida hasta el fin de los tiempos.

c) Destruidas o perdidas

Algunos estudiosos creen que el Arca pudo haber sido destruida, saqueada o perdida durante el exilio. Sin embargo, el silencio bíblico podría indicar más bien una intervención divina para preservarla.


3. El Arca en el Cielo: Apocalipsis 11:19

Una revelación clave aparece en Apocalipsis 11:19:

“Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en su templo; y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.”

Este texto puede ser interpretado como una visión simbólica, pero también como una afirmación literal: el Arca verdadera está en el cielo, en el templo celestial. Esto coincide con Hebreos 8:5, que dice que el santuario terrenal era solo una sombra del celestial. Si esto es así, entonces las Tablas de la Ley estarían también en el cielo, como testimonio perpetuo del pacto eterno de Dios.


4. El Propósito Espiritual: Más Allá de la Piedra

Dios prometió en Jeremías 31:33 que escribiría su ley en los corazones de su pueblo. La desaparición de las tablas físicas puede señalar una transición del pacto externo al interno. Cristo, como mediador del nuevo pacto, encarna la ley viviente. Las tablas ya no están solo en piedra, sino en el carácter transformado por el Espíritu.


5. Conclusión: Del Sinaí al Trono Celestial

Las Tablas de la Ley no son un objeto perdido sin importancia. Representan el fundamento legal, moral y espiritual de la relación entre Dios y su pueblo. Ya sea que estén ocultas en la tierra o presentes en el cielo, su testimonio permanece vivo. En el tiempo del fin, como sugiere Apocalipsis, serán reveladas de nuevo como parte del juicio divino y la restauración final.

En este sentido, las tablas siguen hablando: nos llaman a vivir según la ley escrita en el corazón y a esperar la manifestación plena del Reino de Dios, donde justicia, verdad y santidad serán establecidas para siempre.

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