Dios es una Familia: El
Misterio Revelado en Cristo, la Iglesia y la Creación
1. Toda familia toma
nombre del Padre
El apóstol Pablo escribe en Efesios
3:14-15:
“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre
de nuestro Señor Jesucristo,
de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.”
Aquí
se revela que toda familia, tanto en el cielo como en la tierra, deriva
su existencia del Padre. La palabra griega para "familia" es
patria, que proviene de pater (padre), mostrando que la
familia no es una invención humana, sino un reflejo directo de la
naturaleza de Dios. Esta afirmación es clave para entender que Dios
no es un ser solitario, sino el origen de un modelo familiar divino: Dios
es una familia.
2. El misterio del
matrimonio: Cristo y la Iglesia
En Efesios 5:31-32,
Pablo cita Génesis 2:24 y explica su verdadero significado:
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su
madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.”
Desde
el principio, el diseño del matrimonio humano no fue solo social o biológico,
sino proféticamente simbólico. Fue creado como una
figura del vínculo eterno entre Cristo y la Iglesia, la futura esposa
espiritual del Hijo de Dios. Así como el matrimonio comienza con dos
seres que se convierten en uno, también la Familia de Dios
comenzó con el Padre y el Hijo, y se multiplicará cuando muchos
lleguen a ser uno con ellos en espíritu.
3. El propósito de la
creación humana: una familia divina
Cuando Dios creó al ser humano,
dijo:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza…” (Génesis 1:26)
Y luego:
“Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra”
(Génesis 1:28).
Este
mandato no es solo para reproducción física, sino que revela el deseo
de Dios de formar una familia espiritual. Como explica Hebreos
2:10:
“Porque convenía a aquel por cuya causa son todas
las cosas... que llevase muchos hijos a la gloria.”
Y en Romanos 8:29:
“Para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos.”
Dios
quiere una familia compuesta por muchos hijos glorificados, semejantes
a Cristo. Esa es la razón por la cual existimos.
4. El Verbo, el
Unigénito y el Primogénito
Antes
de nacer como humano, Jesucristo era el Verbo (Logos), el Vocero
del Padre, que existía desde la eternidad con Dios (Juan 1:1-3). El
Padre era el Anciano de Días (Daniel 7:9-14), y el Verbo era
el Hijo eterno, aunque aún no nacido físicamente.
Cuando
el Verbo fue engendrado por el Espíritu Santo, se convirtió en
el Unigénito del Padre (Juan 1:14). Este acto implicó una
humillación suprema: el Verbo divino fue reducido a la escala de un
espermatozoide, depositado en el vientre de María, dejando
voluntariamente su gloria y su inmortalidad (Filipenses 2:6-8).
Pero
tras su muerte y resurrección, Jesús fue declarado el Primogénito de
entre los muertos (Colosenses 1:18), ya no el único, sino el
primero de muchos hermanos que serán nacidos en la Familia de Dios.
5. El Shemá y el Nombre:
Dos seres en unidad
La
verdad de que Dios es una familia compuesta por dos seres divinos
se encuentra también en el hebreo y la gematría (valor numérico de las letras
hebreas).
La
frase hebrea “Ani YHWH Elohim” (אני יהוה אלהים) —“Yo soy YHWH
Dios”— tiene un valor de 173, que se reduce a 11,
y luego a 2. Esto representa dos seres
contenidos en esta expresión: el que dice “Yo soy” y YHWH Elohim mismo, es
decir, el Padre y el Verbo.
Del mismo modo, el Shemá
(Deuteronomio 6:4):
“Oye, Israel: YHWH nuestro Dios, YHWH uno es”
Tiene
un valor numérico de 1118, que también se reduce a 11
→ 2. Esto refuerza simbólicamente que dos seres están
nombrados literalmente en el Shemá:
·
YHWH
Eloheinu (YHWH
nuestro Dios)
·
YHWH
Echad (YHWH uno)
Esta
unidad (echad), como en Génesis 2:24 (“los dos serán una sola carne”),
no indica singularidad absoluta, sino unidad compuesta: dos
seres divinos que comparten naturaleza, propósito y gloria.
6. El nuevo nacimiento:
entrar en la familia divina
Jesús dijo:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan
3:5).
Este nuevo
nacimiento espiritual es necesario para entrar en la Familia
de Dios. No se trata solo de salvación, sino de adopción como
hijos e hijas:
“Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me
seréis hijos e hijas” (2 Corintios 6:18)
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de
Dios” (Romanos 8:16)
Quienes
son guiados por el Espíritu, son llamados hijos de Dios
(Romanos 8:14) y herederos con Cristo de la herencia eterna.
7. La Iglesia: la esposa
del Cordero
La
relación entre Cristo y la Iglesia culminará en un matrimonio
espiritual eterno, como dice Apocalipsis 19:7:
“Gocémonos y alegrémonos... porque han llegado las
bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.”
La
unión de Cristo con su Iglesia traerá consigo el cumplimiento del plan de Dios:
una familia glorificada compuesta por el Padre, el Hijo, y muchos hijos
nacidos del Espíritu.
8. El sentido hebreo de
“familia”: dos que se convierten en uno y se extienden
La
palabra hebrea traducida como familia es מִשְׁפָּחָה (mishpajá, H4940), que deriva de la raíz שָׁפַח (shafaj) y está relacionada también con שִׁפְחָה (shifjá, H8198) —una forma femenina que procede de una raíz no
usada que significa literalmente "extenderse" o
"derramarse".
Este detalle revela algo
poderoso:
Una familia, en su sentido original hebreo, es una
unidad que nace de dos seres, se convierte en uno, y luego se extiende o se
derrama.
Esto refleja con claridad el
modelo divino:
·
El Padre
y el Hijo son dos seres eternos que están unidos
en propósito y naturaleza.
·
De esa
unidad nace una familia espiritual que se multiplica
por medio del Espíritu.
·
La creación
de Adán y Eva, y el mandato de "fructificad y multiplicaos",
no fue meramente biológico, sino una expresión
profética del propósito divino: que Su Familia se extienda por
medio de la unidad en el amor y el Espíritu.
Así,
el modelo hebreo de la palabra "familia" confirma que Dios es
una familia que se está extendiendo, y que todo comenzó con
dos seres que son uno en esencia, y cuyo amor produce vida.
Resumen final
·
Dios
es una Familia, no
una persona solitaria. Está compuesta por el Padre y el Hijo,
y su plan eterno es añadir muchos hijos glorificados.
·
La familia
humana es un reflejo físico del propósito espiritual de Dios.
·
El matrimonio
es una figura profética de la unión entre Cristo y la Iglesia.
·
Jesús
fue el Verbo eterno,
se hizo Unigénito al encarnarse, y ahora es el Primogénito
de muchos hermanos.
·
El nombre
divino y el Shemá en hebreo contienen, tanto gramatical como
simbólicamente, a dos seres divinos en perfecta unidad.
·
Todo
creyente está llamado a nacer del Espíritu y ser parte de la Familia de
Dios.
“El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.” (Apocalipsis 21:7)
Apéndice: El Misterio
Numérico de Génesis 1:1
בְּרֵאשִׁית בָּרָא אֱלֹהִים אֵת הַשָּׁמַיִם וְאֵת הָאָרֶץ
(Bereshit bara Elohim et hashamayim ve'et haaretz)
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
·
Valor
numérico total: 2701
·
Palabras
hebreas: 7
·
Letras
hebreas: 28
Esta
frase inicial de la Biblia no es solo la introducción a la creación, sino una declaración
codificada del plan eterno de Dios: la expansión de Su Familia
espiritual.
2701 = 37 × 73
·
Ambos son números
primos espejo, lo cual sugiere una relación perfecta y reflejada.
·
Representan dos
seres eternos: el Padre y el Hijo, en perfecta unidad
de propósito y esencia.
✨ Simbología de 2701 → 2
– 7 – 1
·
2
seres: El Padre y el
Hijo
·
7
espíritus: Las siete
manifestaciones del Espíritu de Dios (Isaías 11:2; Apocalipsis 1:4 y 5:6)
·
1
unidad divina: Echad
– una unidad compuesta que forma un solo Dios verdadero
También se puede ver así:
Dos que se hacen uno y se multiplican → El patrón divino para la familia humana
y espiritual.
2 + 7 = 9 → El
nacimiento humano
·
El número 9
representa la gestación completa (9 meses).
·
Esto apunta
al ser humano como criatura que puede nacer en la Familia de Dios
mediante el nuevo nacimiento espiritual (Juan 3:5).
·
También es
figura de cómo dos personas (hombre y mujer) se convierten en una carne
y forman una familia.
El diseño de la
creación y de la familia
“Los cielos y la tierra” creados en Génesis
1:1 reflejan el inicio de una expansión ordenada
desde la unidad divina.
Ese patrón es el mismo para la
familia humana:
·
Dos
personas →
·
Se
convierten en una carne →
·
Se
extienden y multiplican →
·
Imagen del
modelo divino:
Dios es una familia que se extiende.
Conclusión del Apéndice
La
estructura matemática, espiritual y simbólica de Génesis 1:1
es una huella divina. Nos muestra que el propósito de toda la creación
es formar una familia eterna:
·
Unida en
amor
·
Nacida del
Espíritu
·
Reflejo
perfecto del Padre y del Hijo
“Y yo seré su Dios, y él será mi hijo.” (Apocalipsis 21:7)
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